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Frustarado. Memorias de un paraguas transilvano.

Hoy la vida es una gran...

 

...efecto reflejo, un PING con respuesta, y un teléfono que no comunica (ni está “apagado o fuera de cobertura”)

 

Te das cuenta que en un soplo de tiempo has viajado a sitios estupendos en buena compañía, y a otros sitios mágicos en la mejor compañía.

 

Te has reencontrado con gente a la que quieres mucho, mucho. Has conocido gente maravillosa (de una      otra forma) y como en un “clic” te das cuenta del espacio tan importante que ocupan en ti misma.

 

Aprendes que los detalles más pequeños pueden suponer una muestra insuperable de lo que te aprecian otros (aquí no hay enlace, pero sí un simple póster de papel que lo demuestra, colgando de la pared de mi dormitorio) y de pronto toda esa soledad que hace algún tiempo pensabas que te rodeaba ha decidido extender el dedito pulgar y hacer auto-stop para meterse en el equipaje de quien realmente la quiera como acompañante.

 

Buen viaje Loneliness!

 

 

La consciencia corre que se las pela... (y yo voy detrás)

 

Súbitamente decide no montar en el metro y correr hacia la parada del autobús. Igual de súbitamente se apea una parada antes de lo previsto y comienza a caminar entre las casitas iguales que forman la urbanización. Jo, hacía años que no pisaba este alquitrán. Y pensar que esta ruta era habitual…quizá pueda hacerlo aún con los ojos cerrados, que alguna vez he probado, mejor no arriesgarse.

-Han quitado el banco de la esquina

-Es verdad, donde aparcábamos de mala manera  por las noches.

-No me había fijado, pero las calles parecen más estrechas

-Eso es que tú eres más ancha

-Mira, puede ser.

-Aquí había un perro enorme, quizá siga saliendo a ladrar

-¡Guau! ¡Guau!

-Pues sí, había perro

-Pero lo han debido de lavar con agua caliente

-Por lo menos….

-Je

-¿qué?

- Este encontró al fin la forma ideal de ocultar su jardín…

- ¡Alambre de espino!

- ¡Qué bárbaro! ¿No será para tanto, no?

- Pues sí, ha sido como volver de nuevo del instituto, pero sin mochila….

- ¡Ostras que pantalones! Esto si que ha sido volver a los noventa de golpe y porrazo.

- Vaya, ¿por qué dejarían de llevarse los pantalones así?

- Porque son horribles…

- No lo son, son de rayas, muchas rayas de colores, hacen reír….

-Como los payasos…

-¿Y qué tiene de malo?

- Ser payaso es triste, la gente se ríe de ellos…

- Pero porque ellos quieren, no lo olvides. Es bonito querer hacer reír y conseguirlo.

-Mira el equipo de balonmano del colegio, creí que ya no existiría…

- …

-¿eh?

-…

-eh?

- ¿… Te has dado cuenta que llevas un rato hablando sola?

-……..Sí, como normalmente ¿y qué más da?

- Procuraremos no hacerlo más delante de niños que entrenan al balonmano, ¿trato?

- Pero a cambio me cantas algo mientras ponemos café.

 

tumptump

 

Mundo cerrado.

Hoy no estoy para nadie....

 

Y mejor para ellos que no abran la puerta.

Big Stuff

Big Stuff

Me dijeron que mis zapatos eran más bonitos.

 

 

 

Pero el ritmo allí no estaba en mis zapatos, precisamente...

 

 

Adios amiga

Adios amiga

Te voy a echar muchísimo de menos

 

Memedesos

Hace mil años (década arriba, década abajo), Anuski invitó a la sombrilla a hacer este meme. El parasol vago que hay en ella, sumado al poco tiempo que tiene cuando llega el calor, ha acarreado un retraso tremendo en cumplir con su palabra de aceptar la invitación a contestar unas preguntitas. Ahora, con un poquito de tiempo bajo sus varillas temblonas, se ha decidido por fin a contestar.

 

UN OLOR: ¿Sólo uno? Los aromas son lo más evocador que existe, por lo que hay millones que te hacen sonreir. Entre ellos me quedo con el olor a tormenta, cuando todavía no ha llovido, pero puede olerse el agua de las nubes.


ALGO QUE TOCAR: La batería, pero siendo como soy, una negada rítmica, la respuesta es estúpida. En cuanto al sentido del tacto, tengo una manta rosa, roída y con aspecto de haber ayudado a mil y un refugiados de guerra, sin la que me es imposible dormir. Mis manos la llevan desgastando desde que nací, y siempre que puedo la llevo conmigo. Charly Brown y yo seríamos muy amigos si fuéramos juntos a terapia de grupo.


UNA MIRADA: Me gusta mirar muchas cosas, pero hay algo que me gusta observar detenidamente: El humo de un cigarro cuando la luz entra por las rendijas de una ventana, y parece que de repente todo se vuelve extraño, la nubecilla blanca gira en remolinos tornasolados y choca contra algún cristal.


UN SABOR: Argh! Me rindo ¿solo uno? Imposible.


ALGO QUE ESCUCHAR: El sonido más maravilloso del mundo mundial.


 

Bruno Dhampiro

Bruno Dhampiro

La primera vez que supe de esta novela, todavía no tenía título. Para mí no era más que un proyecto que se estaba llevando a cabo con muchísima ilusión, y al que le estaban dando los últimos retoques para que pudiéramos disfrutar de él. La verdad, es que en aquel momento no pude imaginarme a mí misma leyéndola, y creo que por los nervios que mostraba el día de la presentación, la autora tampoco. Rosa Gil tiene muchas virtudes, entre ellas la de ofrecerte una sonrisa sincera, pese a que la última vez que compartimos una caña fuera mucho tiempo atrás. El ser una de las más grandes conocedoras de cómics, literatura fantástica y libros para niños con la que me he topado nunca, es otra. Quizá por eso no me sorprendió que se lanzara a escribir un libro de aventuras...un libro ¡de vampiros!. Rosa cuenta que siempre han sido sus monstruos favoritos, porque eran inteligentes y complejos, y que desde que soñó que salía volando tras una persecución, no paró hasta tener terminado Bruno Dhampiro, la historia de un niño muy peculiar.

Esta novela no es para los seguidores de Harry Potter (que también), sino para todos aquellos que quieran disfrutar tanto como lo estoy haciendo yo ahora mismo. Enfrascarse en un libro de aventuras en el que el misterio de capítulo a capítulo consigue que te fastidie tener que dejar de leer (porque, sí, es triste, pero hay más cosas que necesitamos hacer para seguir vivos), es algo que hacía mucho tiempo que no me pasaba. Y lo más importante, la impagable sensación de tener un nuevo amigo. Un amigo que se llama Bruno y es muy especial.

 

Puedes encontrarla en La Casa del Libro y otras muchas más librerías.

 

Un día cualquiera

Un día cualquiera

Un día cualquiera, escribes esto pensando en los límites absurdos a los que podemos llegar, en que el mundo cada vez se parece más a la novelas a las que no debería parecerse y sonríes al ver el resultado.


Otro día, un escalofrío te recorre la espalda cuando descubres esto otro.



Pero al menos, hoy volvieron los vencejos.

Flequillo

Flequillo

La peluquería tenía una técnica infalible para ahuyentar a aquellos posibles clientes que no fueran lo suficientemente cool: Una banda sonora permanente de musica house a un volumen que rozaba lo insportable, aunque no lo suficientemente alto como para no permitirte oír las preguntas sobre el color de tus mechas.

Sentada en uno de los sillones de diseño, una chica miraba su imagen reflejada en el espejo mientras un hombre jóven cortaba diminutos mechones de su pelo negro-recién teñido-. El corte de pelo se estaba realizando a imagen y semejanza de una de las peluqueras que, de tanto en tanto, era requerida para posar como modelo y matizar sobre los detalles de la ejecución. La chica del sillón era jóven, con los ojos despiertos y los labios grandes. Su nuca, ahora al descubierto, mostraba tres lunares alineados casi hasta el lóbulo de la oreja. Iba acompañada de dos niñas pequeñas, de unos 6 y cuatro años, que le decían mamá y miraban asombradas la transformación que se estaba produciendo ante sus ojos. Su madre estaba encantada y entusiasmada, y según comentaba, el volver a llevar un flequillo lacio y espeso sobre la frente le hacía sentirse mejor. Cruzaba y descruzaba las largas piernas, acariciando el peluche de sus botas.

Una de las niñas pidió parecerse a mamá, así que, casi al instante, la sentaron en un sillón al lado de su madre y comenzaron a dibujarle un flequillo a golpe de tijeras. Su hermana, más pequeña y con dos coletas que se retorcían sobre sí mismas en un gracioso bucle, torció el gesto. Dos grandes lágrimas comenzaron a bajar por sus mejillas, brillantes como el reflejo de las tijeras. Entre todos los que allí se encontraban, consiguieron convencerla de que a ella el flequillo de mamá no le sentaría nada bien, y le prometieron que otro día ella sería la protagonista absoluta y podría decidir que corte de pelo quería.

Cuando el pelo estuvo listo, peinado, secado, abrillantado y fijado, la chica miró a sus hijas que seguían boquiabiertas y les dijo muy sonriente:

- ¿Está guapa mamá?- Las niñas asintieron con la cabeza- A ver si así nos sale un novio ¿verdad chicas?

Y la niña mayor, ajustándose sus gafas sobre la nariz, contestó:

- Sí mamá, y un trabajo.

 

Resumen

 

Me gusta mi lado urbano, ese que disfruta tanto mirando las luces de las farolas en verano y como se difuminan en invierno. También se lo pasa pipa con los olores de la ciudad, que no son tan malos como se piensa: Huele a comidas de muchos mundos, metal, tierra caliente y café. La mezcla no está nada mal.

 

Waking Up In The City

Waking up in the city
What are we gonna do
Take a picnic to the park
Sing songs about the moon
I will bring the frisbee
I will bring the dog
We’ll frolic in the pesticided grass beneath the smog
Don’t gotta worry ’bout bee stings
Don’t gotta worry ’bout ants
Now’s the time to take off our shoes
And dance that cartoon dance
In the afternoon time
We will stroll downtown
Past messengers on bicycles
And men dressed up in gowns
If we should get tired, let’s just take the bus
I hope that it’s not crowded so we can sit up front
I can’t even see them scrape the sky
Blurring the fashions whizzing by

Sun goes down in the evening
Lights start flashing on
The city swells with energy
The nightlife has begun
Kustle and bustle
So many sites to see
Endless excitement
Keeps me up ’till three
Don’t wanna go to the movies
Who wants to sit inside
I didn’t get on the guest list
Don’t want to wait in line

Let’s go eat pierogis at my favorite cafe
The waitreses are grumpy and
Their English ain’t so great
We’ll talk ourselves in circles
Til the pancakes are all gone
Today’s become tomorrow
I can see the pink of dawn
Oh, I’m getting tired, I’m oh so tired
I think it’s time to retire
Time for bed
To rest my sleepy head

 

 

Aquí la tienes por si quieres escucharla.

(A veces, depende del explorador que uses, se esconde y nadie la ve)

 

 


 

Echo de menos la niebla por las mañanas y que los autobuses avancen sobre raíles.

next stop...

Él llevaba una guitarra de la que solo se podía ver una funda negra llena de polvillo blanco. Y también una mochila. Era alto y con el pelo rubio, la cara roja y unos pequeños y azules ojos que parecían siempre dormidos.

 

Ella vestía de oscuro, era alta, con las mejillas encendidas. Colgaba una bolsa de su brazo con un logotipo que haría sonreír al que lo reconociera y leía un libro en un idioma prestado.

 

Se miraban sin mirarse, con el rabillo del ojo, en el reflejo del cristal. El uno mientras jugaba con la cremallera que encerraba su guitarra y la otra a hurtadillas por encima del libro.

 

Se abrieron las puertas y ella salió con la cabeza baja. Mientras ascendía miraba fijamente las ondas del pelo de aquel que la buscaba desde el vagón en las escaleras mecánicas.

 

Pero ya había subido demasiado y él no pudo ver que ella le miraba.

 

Yo símplemente sonrío al descubrir con sorpresa como un adolescente de vaqueros roídos y cadenas al cuello me sujeta la puerta para pasar y el chico que va delante de mí espera a salir de la estación para encenderse un cigarro. No lo consigue, hace demasiado aire y la llama del encendedor se le apaga contínuamente.

 

Como a mí.

 

.

(...)

(...)

Fragmento de Millenia de Manolo González. Museo de Escultura de Leganés

.

.

.

y punto

.

.



Squirrel Nut Zippers

Y es que hacía mucho tiempo que la expresión <<¡ESTO ES COJONUDO!>> no me salía tan espontáneamente al escuchar la radio.

 

 

.

 

SWING!

.

Teatro Mágico del Metro de Madrid

Teatro Mágico del Metro de Madrid

    La primera vez que los vi eran dos. Antes de entrar al vagón me pareció distinguir a uno de ellos saltar arriba y abajo y tuve miedo de que fuera uno de esos adolescentes en vena, mostrando orgulloso el nuevo tono de su móvil. Nada más lejos de eso, sus bigotes me saludan amablemente cuando las puertas se abren y me invitan a tomar un sitio agradable para disfrutar de su “programa de televisión”. En un análisis rápido descubro: Pantalones de rayas, tirantes, bombín negro, zapatos grandes y micrófono de papel de aluminio entre las manos. Eso me hace sonreír. Su amigo camina arriba y abajo pero no dice nada, sólo le entrega una cámara de cartón a una de las espectadoras, sentada en su asiento que intentaba contener la risa <<¡Tú eres el cámara, me tienes que enfocar a mí todo el rato porque yo soy el prota, a este enfócale menos!>> y como la chica no levanta la cámara de pura vergüenza, añade <<¿Dónde me estás enfocando pillina? ¡No me enfoques la entrepierna que el número se va al garete>>, y es mágico escuchar a todos el vagón reír al unísono.

    El metro de estación a estación comienza a llenarse. Al llegar a Guzman el Bueno, el más silencioso de los dos ha conseguido disfrazarse de chino y hacer bailar un plato sobre el palillo que sostiene en su nariz. Aplausos y risas. <<¡Ahora el número final damas y caballeros!>> y hemos llegado a Ciudad Universitaria donde el vagón se llena de chicos y chicas sonrientes que se aferran a sus carpetas como si éstas fueran su único tesoro. <<¡Vaya, sí que hay gente, yo es que así noooo puedo trabajar!>>. Los estudiantes cesan su charla habitual de vuelta a casa y miran divertidos el pequeño espectáculo privado que se nos está brindando. Ante nuestra atenta mirada, aparecen un monociclo y cinco bolas de colores que se reparten entre los afortunados que tienen butacas de primera fila. <<¡Señoras y señores, mi invitado de hoy pretendía ir de un lado a otro del vagón en monociclo, pero claro, ha venido tanto público que va a ser un poco dificil!>> Y entonces ocurre algo mágico, tan mágico como el Teatro. Todos nos apretujamos un poco, le hincamos el codo en las costillas al que tenemos detrás, bajamos las mochilas al suelo y nos pegamos unos a otros como si tuviéramos frío. Pero lo hacemos sonriendo y hasta los actores se emocionan al ver el éxito de su petición <<Hostia, tú, Ciudad Universitaria, hora punta, y te veo desde aquí!>>

    Y mientras el monociclo avanza en un mar de pelotas de colores, risas y aplausos, algo maravilloso ocurre, que nos cambia a todos los que regresamos a casa esa tarde, que nos convierte en personas mejores. No cesan los aplausos en Moncloa y los recién llegados nos miran extrañados, pero sonríen, mientras El Teatro Mágico nos despide con una reverencia en el andén.

    Hace poco he vuelto a ver a uno de ellos, animando y saltando entre las caras largas mientras un globo viajaba de una punta a otra del vagón. Apetece mucho darles las gracias por hacer que las sonrisas sean contagiosas en el metro y porque viajar bajo Madrid se convierta en una aventura, mientras le oigo despedirse:

 

<<No lo olviden, en el Metro hay un fantasma…>>

Cora

 

<<

- ¿Coraes?

- ¿Cora es?

-¿Quien Escora?

- No lo sé, pero no le irá demasiado bien...

- mmm ¿Coraes?

>>

Cora

 

 

 

 

 

 

Mr. Lucky

 

 

 

 

    Siempre es bueno llevar una moneda de dos caras en el bolsillo, por si un hombre siniestro te cuenta una historia en flash-back en un viejo muelle de Nueva York.

 

    Avisados estáis. 

MAKING OFF

 

 


 

- ¡¡HAZNOS UNA FOTO!! ¡¡HAZNOS UNA FOTO!! ¡¡HAZNOS UNA FOTOOOOO!! ¡¡HAZNOS UNA FOT...!!.... ¿NoshacesunafotoporfavoryFelizNavidad?

- ¡Claro!

- ¿Y luego nos la envías por teléfono?

- (...) 

Mi blog está escunchunflado

¿quien lo desencunchunflará?

El desenconchunflador que lo desenconchunfle

buen desenconchunflador será! 

 

Mis pinitos con el html se han convertido en engendros mezclas de cardo borriquero y matojo de salicón. Si alguien puede ayudarme y quiere, se lo agradeceré infiniiiiiiiiiiitamente. 

Volví allí después de 14 años y seguía oliendo igual. Miré a mi alrededor odiando estar allí, aún después de haberlo anhelado tanto. Me rompí en dos. Desapareció algo dentro de mí. Y descubres que no es el lugar, sino quién te espera cuando llegas.

 

Sin ella, aquel ya no es un lugar al que regresar.

Autumm in...

Autumm in...

Me gustaría saber de verdad el significado secreto de las cosas y dejar de comer sandwiches de realidad.

Hay cosas que echo de menos como si hubieran estado conmigo siempre.

Hay cosas que creo haber vivido y no son más que experiencias robadas que hago propias.

Hay sitios en los que estoy como en casa, y en casa estoy en ningún sitio.

Hay latas que acuden a mi ventana y caras nuevas que tomar entre las manos.

 

 

 

 

Sea bienvenido el otoño