Mientras el tren se detenía lentamente, una voz femenina anunciaba
-Próxima estación: San Nicasio.
Al principio no me percaté, porque tengo la costumbre de repetir mentalmente los últimos sonidos que escucho, cuando voy muy entretenida con mis propios pensamientos. Pero los ecos que se produjeron a mi espalda tenían voces diferentes y estaban entremezclados con carcajadas, que pasaron de la timidez a la histeria antes de que el tren detuviera su marcha completamente.
- San Nicasio, San Nicasio, ja, ja, ja, ja
- Sannnnnnnnnnnnn Nicasio, jajajaj
- San, jajaja, Nicasio
- Sannnnnnnnn jajajajaja
- Nic ¡jajajajaj1
- Jajajajajaja
- ¡Jajajajajajajaj1
- ¡¡¡¡JAJAJAJAJAJA!!!!!
Al girarme me encontré con una pareja de japoneses que no podían ya ni taparse la boca para reír, mientras su acompañante, de pelo rubio y piel enrojecida, los observaba entre extrañado y divertido, y vigilaba de reojo al resto del vagón. Ante su cara de interrogación, la chica, pudiendo tomar aire, le dijo:
- In Japanese, Sanicasio means “A man who has been sleeping three years”
Y volví a pensar, mientras los veía salir por las puertas, que las coincidencias no existen.