Viaje de ida y vuelta.
Hoy me he encontrado de golpe con eso que he estado buscando desde que comenzó el calor.
Los vecinos que se arremolinan entorno a los bancos de madera sujetando una cerveza fría entre las manos y picoteando de un plato de aceitunas, mientras parlotean sin parar sobre temas repetidos pero que nunca aburren. Los gritos y risas de los niños que saltan y corretean entre columpios inexistentes. Gente en la calle, alzando sus voces hacia un cielo semiestrellado en el que se confunden las luces de las constelaciones y las farolas, en una competición sin fín por ver quien brilla más.
Y todo eso ahora, que agosto se acaba...
Por cierto, ya he regresado.
Los vecinos que se arremolinan entorno a los bancos de madera sujetando una cerveza fría entre las manos y picoteando de un plato de aceitunas, mientras parlotean sin parar sobre temas repetidos pero que nunca aburren. Los gritos y risas de los niños que saltan y corretean entre columpios inexistentes. Gente en la calle, alzando sus voces hacia un cielo semiestrellado en el que se confunden las luces de las constelaciones y las farolas, en una competición sin fín por ver quien brilla más.
Y todo eso ahora, que agosto se acaba...
Por cierto, ya he regresado.
3 comentarios
Freakbeast -
Espero que el recuerdo al que aludía en mi anterior comentario sea placentero y no mortificante, como suelen serlo, y te ayude a encarar la distancia que te separa de tu próximo viaje fuera del mundo habitual.
la sombrilla insolada contesta: -
Es cierto, una noche insoportable, parece que en los últimos años, agosto pasa desapercibido, pero julio y septiembre nos rematan.
Periko -
Muy chulo tu blog, lo iré leyendo con calma...