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Frustarado. Memorias de un paraguas transilvano.

Vicios.

Vicios. La puerta de la terraza me da calambre. Cada vez que acerco un dedo al aluminio con la intención de salir a fumar un cigarro, recibo un latigazo que me hace sacudir la mano instintivamente. Estoy comenzando a sospechar que sea un método de disuasión anti-tabaco. Algo así como el escalofriante método de adiestramiento anti-literatura y anti-naturaleza que aparecía en Un mundo felíz.

Lo que realmente me da miedo, es que acabe volviéndome adicta a esos calambrazos traicioneros. Y salga a fumar más a menudo, como excusa para recibir una de esas estimulantes y electrizantes descargas...

5 comentarios

Periko -

Pos a mi no me para nadie de fumar, ni calambrazos en la mano ni en nada. Vamos, ni parches me han parado. Ahora estoy fumando, de hecho, mientras escribo algo en mi blog, contesto las cosas que me han puesto y visito los que visito.

Es el cigarrillo de placer, que me fumo a lo largo del día, este y a lo mejor otro más... pero los otros 18 qué son?

Por cierto, un mundo feliz... de lo mejor de la literatura. Os lo recomiendo también. Grande.

Anónimo -

Te voy a regalar una de estas como mascota, pero tienes que compartir las descargas:

http://animaldiversity.ummz.umich.edu/site/accounts/information/Electrophorus_electricus.html

son -

corres el peligro de que la gente te coja miedo si vas electrizad@

la sombrilla insolada contesta: -

¡O sea que es cierto! Ay Dios, soy carne de cañón...

el comeorejas -

Es cierto, a mi me pasa lo mismo. En mi oficina, gracias a la moqueta, hay pocas cosas que no den calambrazos. Una que nunca falla es el cristal de la fotocopiadora...siempre que puedo me escapo un minuto a recibir una de esas estimulantes y electrizantes descargas...