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Frustarado. Memorias de un paraguas transilvano.

Fuera.

Lo primero que noto es que me duelen los ojos. Todo está tan desierto, que la luz casi no tiene donde esconderse, ni donde refugiarse, así que rebota en la planicie que se extiende ante mí y penetra en mis ojos a modo de cascada, derramándose en mi interior.

             El edificio que se levanta a mi derecha no es tan imponente como yo sospechaba. Si me agacho puedo ver las ventanas. Mirando a través de ellas, hacia abajo, el infinito. Un infinito confeccionado por escaleras. El infinito son las escaleras. Nunca pensé que el infinito pudiera encerrarte.

             Mientras mis pies desgarran los terrones de arena secos mientras camino, me parece distinguir dos figuras al fondo. Siento miedo, pero el calor que desprende la tierra las evapora poco a poco y desaparecen ante mis ojos.

             Esto también es un infinito. Comprendo que aquí, también estoy encerrada.

             Me he perdido aquí fuera.

3 comentarios

la sombrilla -

Vaya, que evidente ha sido que era algo soñado alguna vez. Supongo que esas cosas no sepueden disimular.

noemi -

Ya se vé, ya se vé, que ni dentro ni fuera encontramos las rutas....

Ateo Spir(ado) -

El infinito es una espiral de la que formamos parte, nos atrapa, nos encierra y nos vuelve a liberar...en un sinfín de posibilidades matemáticas.

Me gustó infinitamente su sueño sombrilla, y reconozco que hubo momentos en los que me perdí dentro y fuera de el.