Blogia
Frustarado. Memorias de un paraguas transilvano.

Encuentros y desencuentros.

Encuentros y desencuentros. Camino entre una mezcla de barro, luces, músicas y olores indefinidos que se extienden en forma de humos de diferentes densidades. El viento debería soplar frío, pero ha decidido quedarse inmóvil.
Me acerco decidida a un puesto pequeño, separado del resto, con un aire como de benjamín inexperto.
Según avanzo comrpuebo como el hombre que está detrás de las sortijas, pentiendes y cacharrerías varias, me mira con una expresión curiosa, como se mira a un conocido al que estás a punto de saludar.
Al acercarme más, exclama ¡oh! y me dice: "Llevas algo de mi país en la cara". Señala la piedra falsa de color azul en forma de lágrima que llevo adherida a mi frente. Yo la acricio con mi dedo índice y él asiente. "¿Sabes lo que significa?". Le brillan los ojos como a los niños los días que nieva. "no" le digo sonriendo. "Lo llevan las jóvenes que se van a casar. Las pobres lo pintan" Me contesta. Yo digo ¡oh! y él pregunta de nuevo: "¿Tú ya estás comrpometida?", "no" y hago una pausa. "Lo llevo porque es bonito". "Es bonito, sí, es de mi país" vuelve a decir él, sonriendo, nervioso, balanceándose sobre las puntas de sus pies.
Yo sigo mirando sus ojos y su naríz, que ahora apunta en todas direcciones, buscando algo, mientras mi acompañante finge estar distraída y no haber oído nuestra conversación.
Al fín, el hombre levanta triunfal la mano y luego me la alarga: "toma" me dice mientras pone entre mis manos un anillo de madera, en forma de espiral, delgado, rugoso a causa de unas pequeñas incisiones a lo largo de todo su diámetro. "Toma. Es un regalo. Por ser bonito". Yo miro el anillo, me lo pongo y le doy las gracias. Me sonríe y yo le devuelvo la sonrisa.
Me despizo y arranco a andar, mirando al frente, sin hacer caso de los ojos inquisidores de mi acompañante.
A él no le volví a ver, como al anillo, que perdí una noche que me lo quité para dormir en una casa que no era la mía.

4 comentarios

O.C.P. -

Es una historia sencilla y muy bonita, y sí tiene significados. Espero que no dejes de contar lo de esa huida through the vines, que preveo llena de emoción.

la sombrilla insolada -

Contestaré a tu curiosidad Deyector. No, la piedra la perdí ese mismo día cuando, en pleno climax de fuegos artificiales, corría a través de una viña para huir de las varillas que nos caían encima al rojo vivo. Una pena.

Señor Nadie. Mil gracias por sus palabras.

Deyector -

¿al menos conservas la piedra?

nadie -

Una historia que puede significar algo. O no. Pero es bonita.

Gracias por regalarnosla.